El peeling es un técnica o tratamiento en el cual se utilizan sustancias químicas, específicamente ácidos, que provocan la exfoliación de la piel. Es decir, es una destrucción controlada que separa las capas de la piel que posteriormente se desprenden. Este proceso provoca una renovación de la piel que resulta en una apariencia más sana, luminosa, con menos manchas y con mejor textura.
Estos ácidos provienen de diferentes fuentes como plantas y frutas o la descomposición de algunas sustancias.
Los peelings tienen numerosas indicaciones en la dermatología clínica y cosmética. Debido a su efecto en retirar las capas de la piel afectadas por diversos factores y estimular la regeneración de esta, es útil en el tratamiento de manchas, envejecimiento, cicatrices, estrías e incluso, en enfermedades activas de la piel, como coadyuvante en el tratamiento de acné.
Su clasificación depende de la profundad en la que van a actuar. Los dividimos en muy superficiales, superficiales, medios y profundos. A medida que su penetración es mayor, se logran resultados más significativos y al mismo tiempo se aumenta la probabilidad de presentar efectos afectos si no se realiza adecuadamente como cicatrices u otras secuelas permanentes.
La escogencia de este va a depender de varios factores como las características del paciente, qué condiciones queremos tratar o mejorar, el tipo de piel del paciente, y otros, como la disposición de la persona a un periodo de recuperación más o menos importante.
¿Quién lo realiza?
Debe ser realizado por el profesional médico o afín con un entrenamiento adecuado en la escogencia del procedimiento y del paciente. En el caso de los peelings muy superficiales pueden ser realizados por un profesional afín entrenado en Cosmetología o esteticista. Sin embargo, los peelings medios y profundos deben ser realizados exclusivamente por el especialista médico.
¿Es una terapia que sigue vigente? ¿Qué hay de nuevo?
De hecho, es una técnica milenaria. Se reporta que Cleopatra utilizaba leche agria en su rostro (ácido láctico) y las francesas usaban vino añejo (ácido tartárico) en sus baños.
A pesar de la aparición de nuevas terapias y tecnologías, los peelings siguen teniendo un lugar importante en la dermatología cosmética actual. Ya que corresponden al siguiente paso lógico para muchas personas que desean ir más allá de las cremas. Es decir, aquellas que no están listas para inyectables como botox y rellenos, pero desean mejorar su piel. Según cifras de ISAPS del año 2022, los peelings son el cuarto procedimiento cosmético no quirúrgico realizado a nivel mundial. Y su uso aumentó más del 57% en comparación al año 2021.
Es una terapia que realizada de manera adecuada tiene excelentes beneficios, es apta para todo tipo de pieles y es relativamente accesible en cuanto a costos.
En la actualidad hay numerosas formulaciones, nuevas técnicas realizadas por profesionales, protocolos de combinación con otras terapias e incluso productos de uso en casa que complementan la terapia.
Las nuevas formulaciones se centran en tecnologías más efectivas para su penetración, mejorando la tolerancia y actuando de manera controlada para reducir la irritación.
Los productos para uso en casa realizan un efecto leve ya que el porcentaje del ácido es mucho menor. Para los profesionales, nos pueden servir para preparar la piel para el peeling en el consultorio y obtener mejores resultados. Importante consultar con su médico sobre su uso.
Los peelings son una excelente herramienta, siempre de la mano del experto.
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